1. Alimentación: La alimentación es muy importante que sea equilibrada y variada. Las legumbres, verduras, hortalizas, el pescado azul, la carne blanca, la fruta, el aceite de oliva, los cereales integrales y los lácteos desnatados deben ser la gran base de tu dieta diaria. Reduce el consumo de sal, así como de alimentos precocinados, bollería, embutidos, mantequillas, margarinas, refrescos y carnes rojas.
  2. Ejercicio físico: Dedícale, al menos, 30 minutos diarios o 150 minutos a la semana. Hay muchas formas de realizar esta actividad física: caminar, bailar, correr, bicicleta, etc. Pero siempre que sea divertido y recomendado por un profesional sanitario.
  3. Tabaco: No fumes, no te lo permitas. Está demostrado que fumar aumenta el riesgo de una gran cantidad de patologías como infartos de miocardio, ictus, EPOC, cáncer, etc.
  4. Alcohol: su consumo está desaconsejado. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda no superar dos medidas (vasos/copas) de alcohol al día en el hombre y una medida en la mujer, si se ha de consumir que sea de manera excepcional y preferentemente bebidas no destiladas.
  5. Peso y grasa abdominal: Debes conocer tu Índice de Masa Corporal (divide tu peso en kilos entre tu altura en metros elevada al cuadrado). Como indica la Organización Mundial de la Salud (OMS), si el resultado es mayor de 25 kg/m² se considera sobrepeso. Por encima de 30 kg/m² es obesidad.

Por otra parte, mide tu perímetro abdominal a nivel del ombligo. En la mujer debe ser inferior a 88 cm y en el hombre a 102 cm. Cifras superiores suponen un importante incremento del riesgo cardiovascular debido a que la grasa depositada a nivel abdominal es más perjudicial que la grasa depositada en otras localizaciones.

  1. Presión arterial: Es importante que conozcas tu presión arterial y aunque tengas unos valores normales, la midas con cierta frecuencia. Si tienes la presión arterial alta, debes acudir a tu médico y seguir sus indicaciones.
  2. Colesterol y glucosa: Son dos factores relevantes de riesgo cardiovascular. Es importante que conozcas tus niveles de colesterol y de glucosa. Si tienes alguno de estos valores altos, debes acudir a tu médico y seguir sus indicaciones.
  3. Agua: Al menos debes consumir 2 litros de líquidos al día (salvo que tu médico te indique lo contrario), preferentemente agua (también infusiones, leche desnatada y caldos nutritivos no grasos). Evita los zumos azucarados, refrescos y alcohol.
  4. Estrés: Aprende a controlar tu estrés y ansiedad. Un beneficio añadido que conseguirás es tener un sueño reparador. No dormir bien o de manera insuficiente puede ser causa de obesidad, estrés e incluso enfermedades cardiovasculares.
  5. Chequea tu salud: Es importante conocer tus datos de salud. De esa manera podrás prevenir las posibles complicaciones y actuar con rapidez ante cualquier dato incorrecto. Habla con tu médico y realiza los chequeos de salud que él te indique.

NORMA GENERAL

Cumple con las recomendaciones que te indiquen tus profesionales sanitarios y si tienes alguna dificultad o alguna duda, consúltalo con ellos. Cumplir con esas recomendaciones en hábitos saludables y en la toma de la medicación es ser adherente, y esa es una recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

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