Nuestra comida debe contener una amplia variedad de alimentos frescos y nutritivos para mantenernos sanos y tener una vida saludable.
La dieta mediterránea ha sido el patrón dietético más estudiado por su diversidad de hábitos alimenticios. Esta dieta es una de las causas principales por la cual España es el país europeo más longevo y el segundo a nivel mundial.
Esta dieta se caracteriza por un alto consumo de frutas, verduras, legumbres, productos integrales, pescados y ácidos grasos insaturados (el aceite de oliva, nuestro producto oro) y un consumo moderado de alcohol en los que predomina el vino frente a las bebidas destiladas y bajo en consumo de carnes rojas, lácteos y por lo tanto ácidos grasos saturados.
Algunos consejos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para garantizar una dieta equilibrada pasan por:
- Tratar de comer una serie de alimentos básicos como la fruta fresca y las verduras.
- Alimentos de origen animal a ser preferibles: carnes magras y blancas, pescado, huevos y leche desnatada.
- Alimentos integrales como maíz, mijo, avena, trigo y arroz integral.
- Es mejor cocinar al vapor o hervir en lugar de freír los alimentos.