La grasa es necesaria en nuestra dieta, pero comer en exceso, especialmente algunos tipos de grasa, aumenta los riesgos de obesidad, enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular.
Las grasas producidas industrialmente son las más peligrosas para la salud. Se ha encontrado que una dieta alta en este tipo de grasa aumenta el riesgo de enfermedad cardíaca en casi un 30%.
Algunos consejos para reducir el consumo de grasa pasan por:
- Reemplazar la mantequilla y la manteca por aceites más saludables como el aceite de oliva virgen extra.
- Elegir grasas de origen animal de carnes blancas como el pollo y del pescado, que, generalmente, son más bajos en grasas que las carnes rojas.
- Limitar y reducir el consumo de carnes procesadas o conservadas (ej. embutidos).
- Revisar las etiquetas y evitar todos los alimentos procesados, rápidos y fritos que contienen grasas producidas industrialmente.