La hipertensión provoca que el corazón tenga que realizar un esfuerzo superior. Ese esfuerzo incide en un aumento de su masa muscular (hipertrofia ventricular izquierda), que puede producir angina de pecho, insuficiencia cardíaca e incluso arritmias.
Los pacientes que ya han tenido un problema cardiovascular deben controlar su presión arterial de manera más estricta.