Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), un alto consumo de sal puede elevar la presión arterial, que es un factor de riesgo importante para las enfermedades cardíacas y los accidentes cerebrovasculares.
El límite recomendado por la OMS es de 5 g (equivalente a una cucharadita) por día, aunque se ha observado un mayor beneficio reduciendo a 3 g diarios. Ten en cuenta que el 80% de la sal que comemos viene de los alimentos y el 20% la añadimos posteriormente.
Evitando el consumo de alimentos procesados y fomentando el consumo de productos más básicos conseguiremos reducir la ingesta de sal.
Algunos consejos para reducir el consumo de sal pueden ser:
- Usar la sal con moderación y reducir el uso de salsas y condimentos salados.
- Si compramos alimentos enlatados, elegir variedades sin sal y azúcares agregados.
- Retirar la sal y los condimentos salados de la mesa e intenta evitar agregarlos por costumbre.