[Autor: Infosalus]
Los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (ECA) o los bloqueantes de los receptores de angiotensina II, ambos medicamentos para tratar la presión arterial alta o hipertensión, reducen la tasa de mortalidad de la gripe y la neumonía, en contra de lo que se creía hasta ahora, según un estudio publicado en el ‘Journal of the American Heart Association’ y realizado por la Universidad y el Hospital Universitario de Aarhus (Dinamarca).
En el estudio, liderado por el profesor y doctor en el Departamento de Epidemiología Clínica de dicha universidad, Christian Fynbo Christiansen, se han comparado las tasas de mortalidad entre 500.000 pacientes daneses que fueron admitidos en hospitales de Dinamarca con gripe y neumonía durante el período que va de 2005 a 2018. Para ello, se ha establecido una correlación entre la información del Registro Nacional de Pacientes (actividad en los hospitales daneses) y las estadísticas del Registro Danés de Medicamentos, esto es, el consumo de medicamentos en Dinamarca.
«Más de 100.000 de los pacientes ingresados tomaron inhibidores de la ECA o bloqueadores de los receptores de la angiotensina II, y el estudio muestra que menos pacientes necesitaron un respirador y, además, tuvieron tasas de mortalidad más bajas que aquellos hospitalizados que tomaron otro tipo de medicamentos contra la presión arterial elevada, como los bloqueadores del calcio», explica Christiansen.
El estudio llega en medio de una discusión sobre el tratamiento que alcanzó su punto máximo en el apogeo de la pandemia por la Covid-19. Algunos médicos e investigadores señalaron que los inhibidores de la ECA podrían tener un efecto completamente opuesto, es decir, aumentar el riesgo de muerte por dicha enfermedad, ya que el virus SARS-CoV-2 entra en los pulmones a través de los mismos receptores de la ECA que los inhibidores de dicha enzima.
La hipótesis era que cuando el inhibidor de la ECA reduce el nivel de la misma, el cuerpo lo compensa activando un número mucho mayor de sus receptores en la superficie de las células, que el virus del SARS-CoV-2 utiliza como una especie de llave de acceso. Cuanto mayor sea el número de claves de acceso disponibles en la superficie de las células, más fácilmente el virus podrá acceder a ellas.
La teoría sobre el aumento de la mortalidad se ha visto alimentada por el hecho de que una proporción considerable de los pacientes que estaban gravemente enfermos a causa de la Covid-19 tenían la presión arterial elevada, y que suele tratarse con inhibidores de la ECA. De hecho, de los 600.000 daneses que tienen la presión arterial elevada, aproximadamente un tercio (unos 200.000) toman inhibidores de la ECA.
«No hemos examinado si lo que se aplica a los pacientes con gripe y neumonía puede ser transferido directamente a los pacientes con Covid-19, pero hay algunas pruebas que sugieren que los inhibidores de la ECA tienen un efecto protector contra el daño pulmonar que no vemos en los pacientes que toman otros tipos de medicamentos para bajar la presión arterial. Los primeros estudios no encuentran ninguna correlación entre los inhibidores de la ECA y los bloqueadores de los receptores de angiotensina II y el nuevo coronavirus. Sin embargo, se necesitan más estudios utilizando los registros daneses», ha concluido Christiansen.