[Autor: Nacho Cortés]

[Fuente: ConSalud]

Uno de los efectos colaterales de la pandemia está siendo el miedo o la fobia a acudir al médico, ir presencialmente a la consulta, acercarse por el centro de salud. Lo que en la ‘vieja normalidad’ vendría a ser algo casi rutinario o habitual, ahora ya no lo es. Nadie quiere contagiarse de covid-19, nadie quiere ser víctima o verdugo en la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2.

¿Existe realmente este miedo? Inmaculada Cervera Pérez, coordinadora del grupo de trabajo de Gestión Sanitaria y Calidad Asistencial de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), considera que sí pero con matices.

«Los pacientes que acuden a los centros de salud son, en gran parte, pacientes mayores y crónicos que tienen mayor riesgo de complicaciones en caso de contagiarse por Covid-19. Ellos lo saben y, en algunos casos, pueden mostrar resistencia a consultar problemas de salud por miedo a que les derivemos al hospital. En cambio, ellos perciben los centros de salud como lugares de confianza, más seguros y accesibles», aclara esta médico de Familia.

«Los pacientes que acuden a los centros de salud son, en gran parte, pacientes mayores y crónicos que tienen mayor riesgo de complicaciones en caso de contagiarse por Covid-19»

La doctora Cervera asegura que sí están detectando que pacientes de todas las edades han retrasado la consulta al médico ante síntomas que pueden presentar cierta gravedad por miedo al contacto con centros sanitarios. «Esto ha provocado que se retrase el diagnóstico de patologías graves como infartos o algún tipo de cáncer«, indica.

Según esta facultativa, en este momento hay dos posturas más marcadas. Una primera en la que los pacientes que se hacen cargo de la situación, que se están protegiendo, que consultan únicamente cuando es necesario y que agradecen la labor de los sanitarios. Y una segunda en la que los pacientes que quieren que las cosas vuelvan a ser como antes: puertas abiertas en los centros de salud y acceso inmediato y a demanda propia porque consideran que los sanitarios estamos actuando bajo un miedo injustificado. «Esto está provocando que en algunos centros existan conatos de amenazas y cierta violencia contra los profesionales«, señala Inmaculada Cervera.

«Nos enfrentamos a una enfermedad desconocida de la que se nos ha dado información oficial poco veraz en las primeras semanas y muy filtrada por los intereses políticos de cada momento. Esto nos tiene que llevar a una reflexión porque la falta de transparencia en Sanidad provoca escepticismo y minimiza los riesgos reales creando el caldo de cultivo para grupos negacionistas», asegura esta responsable de Semergen.

Para esta doctora, es importante que las autoridades sanitarias y políticas hagan pedagogía a la población. «Que se explique en qué momento de la crisis nos encontramos, es decir, qué centros de salud que están recibiendo a los pacientes sospechosos de Covid-19 para valoración y para hacer PCR. Con el objetivo de proteger a la población frágil y evitar enfrentamientos con el personal sanitario, que se aporten datos reales y fiables y que se tomen decisiones unificadas de protección a la población basados en dichos datos epidemiológicos», explica Cervera Pérez.

MIEDO DE LOS SANITARIOS

A la pregunta acerca de si los profesionales de Atención Primaria tienen miedo a contagiarse, Inmaculada responde: «Somos profesionales de la salud y estamos acostumbrados a trabajar con enfermedades infecciosas, pero no a hacerlo sin material de protección adecuado y sin recursos diagnósticos».

Para esta facultativa, durante los primeros meses de la pandemia, considera que los sanitarios tuvieron que hacer frente a la situación con una «manifiesta falta de previsión» y de provisión de material que conllevó una de las mayores tasas de contagios y fallecidos entre los profesionales del mundo. «Esto unido a la sobrecarga de trabajo que estamos sufriendo provoca en los profesionales signos de desgaste emocional y estrés laboral que ya está teniendo consecuencias entre los compañeros», alerta.

«Muchos compañeros, más que miedo a contagiarse ellos mismos, sí que han manifestado una preocupación e intranquilidad de llevar la enfermedad a sus familias sobre todo si hay miembros de alto riesgo», concluye.

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