[Autor: Clara Simón]
En líneas generales, son frecuentes las comorbilidades en dislipemia. La más frecuente es la diabetes, sobre todo dada su prevalencia en nuestro medio, cercana al 15%, y considerando que la mayoría de los diabéticos deben considerarse dislipémicos por ser de alto riesgo cardiovascular.
También hay que tener en cuenta la hipertensión arterial y la enfermedad respiratoria crónica. Hay que mencionar también que en algunas escalas de riesgo cardiovascular, como SCORE O REGICOR, no solo consideran las comorbilidades, sino que además ponen énfasis en los factores de riesgo, como edad, tabaquismo y sexo masculino.
Otro factor a tener en cuenta es la insuficiencia renal, incluso cuando es leve, ya que se considera de algo riesgo y que está asociada a diabetes e hipertensión.
Adherencia al tratamiento para manejar las comorbilidades en dislipemia
Para el manejo de las comorbilidades es importante la adherencia al tratamiento. Se trata de pacientes crónicos con elevado riesgo cardiovascular, por lo que suelen estar polimedicados. Las combinaciones fijas de estatinas aportan beneficios y mejoran la adherencia al tratamiento y, como consecuencia, un beneficio que se traduce en una reducción de los posibles eventos y mejora la prevención cardiovascular. A estos beneficios hay que añadir una reducción de los costes por tratamiento.
Terapia combinada
El tratamiento combinado se asocia a una mayor adherencia y mayor control de los factores de riesgo, reduciendo posibles eventos. Pueden ser pacientes poco comprometidos con su salud y/o con mala percepción de sus patologías y, en consecuencia, con mala adherencia a sus tratamientos prescritos. Una buena educación sanitaria y todas las estrategias que simplifiquen dicho cumplimiento ayudarán a conseguir objetivos.
El objetivo de las guías para el tratamiento de las dislipemias se centra en que el colesterol LDL debería bajarse tanto como sea posible para prevenir eventos cardiovasculares. Así, en pacientes de muy alto riesgo, la nueva meta es reducir el colesterol LDL por debajo de 55 mg/dl. Para individuos de alto riesgo, se ha fijado el objetivo en menos de 70 mg/dl. Un aspecto a destacar que se considera en la guía es la redefinición de niveles de riesgo.
Alto riesgo de las comorbilidades en dislipemia
Son considerados de muy alto riesgo cardiovascular los pacientes con enfermedad cardiovascular crónica, diabetes con daño de órgano diana, hipercolesterolemia familiar, enfermedad renal crónica grave y pacientes con síndromes coronarios agudos. En estos pacientes hay que recurrir a las estatinas de alta potencia. De no alcanzarse dichos objetivos con estatinas en la máxima dosis tolerada posible, la adición de ezetimiba y posteriormente de un inhibidor de PCSK9 es lo indicado.
Las combinaciones a dosis fijas de estatinas más ezetimiba disponibles no aumentan los efectos adversos de la estatina. En cambio, un aumento de dosis de estatina con el fin terapéutico de alcanzar objetivos de colesterol LDL, colesterol total o niveles de triglicéridos, sí aumenta el riesgo de efectos adversos propios de la estatina al ser altamente dosis dependientes.
Estilo de vida
El tratamiento dietético es la base del enfoque de la diabetes y de la dislipemia. Los efectos no cuantificables de una dieta sana van mas allá de las cifras de LDL y TG, por lo que se debe insistir en la toma de alimentos sanos, naturales y poco calóricos, y evitar alimentos procesados. También los hábitos de toma de fitosteroles se deberían reforzar y comentar como opción añadida, aunque nunca sustituyendo al tratamiento farmacológico.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores Ernesto Genil Beltrán, Felip Infiesta García, Manuel Peña y Virginia Sánchez Fernández, de Lleida, y Alfonso Pumar, Francisco Cabrera de la Fuente, Juan Antonio Pérez Herrera, Fernando Losada Viñau, Alejandro Carbonero Martínez y Nieves Terriza Fernández, de Sevilla.