[Autor: Clara Simón]
[Fuente: El Médico Interactivo]
La falta de adherencia conlleva la no consecución de los objetivos marcados al paciente. Esto hace que desconfíe de la capacidad del médico al no conseguir los objetivos. Por su parte, el médico puede plantearse dudas con respecto al fármaco utilizado, cuando la realidad es que la causa está en la falta de adherencia.
Si no es valorada adecuadamente, la falta de adherencia puede conllevar a que se prescriban otros tratamientos y aumentos de dosificación no indicados, lo que causa un aumento de gastos innecesarios para el sistema sanitario.
También hay que tener en cuenta que empeora la calidad de vida del paciente, genera una mayor probabilidad de recaídas y el agravamiento de las enfermedades.
Más consultas
La falta de adherencia eleva la frecuentación de consultas en asistencia primaria, especializada, urgencias y en ingresos hospitalarios. Incrementa la realización de pruebas diagnósticas o de control innecesarias.
Puede provocar la aparición de resistencias y la mayor virulencia de la patología. Además, acelera la intensificación de los tratamientos con el consiguiente aumento de reacciones adversas por el uso de medicamentos más potentes y el adelanto de escalones terapéuticos en procesos, que de por sí son de larga evolución, como son las patologías crónicas.
Para manejar la adherencia es importante establecer pautas dirigidas al paciente, haciéndole ver la importancia de la adherencia. Se puede optar por utilizar medicamentos que faciliten la toma por parte de los pacientes, por ejemplo, combinaciones.
Educación sanitaria
También es importante la educación sanitaria relativa a los factores de riesgo cardiovascular, entre los que se encuentra la hipercolesterolemia. En este contexto, es clave mantenerla en tiempo y en las diferentes entrevistas con el paciente.
Empatizar con el paciente para mejorar la relación médico-paciente es una buena opción para conseguir una mejor adherencia.
Prevención secundaria
En prevención secundaria es más fácil el cumplimiento terapéutico debido a que el paciente ha tenido un evento previo. El hecho de haber recibido el mismo consejo médico por parte del hospital y por su médico de Atención Primaria favorece la adherencia.
Las combinaciones fijas pueden ayudar a mejorar la adherencia. Un mejor cumplimiento terapéutico lleva a un mejor control de la patología, así como un incremento en la calidad de vida y supervivencia del paciente. También un ahorro en el gasto sanitario, al disminuir el incremento visitas, pruebas e ingresos provocados por la falta de adherencia y que sobrecargan el sistema sanitario.
En prevención secundaria, suelen se pacientes que toman más de un fármaco en los que el uso de las combinaciones fijas permite asegurarse una mayor adherencia al tratamiento y lograr un mayor control de los factores de riesgo y mejoras en la salud, reduciendo posibles eventos, mejorando los parámetros analíticos y reduciendo la posibilidad de complicaciones.
Mejor adherencia
Estos pacientes, al haber tenido un evento cardiovascular (IAM, cardiopatía isquémica, AVC…), son más adherentes por tener la experiencia previa de su diagnóstico y más receptivos a las recomendaciones de su médico de familia o enfermera. La terapia combinada, a dosis fija, favorece la adherencia al tratamiento, llevando a una mejoría arteriosclerótica coronaria, con una reducción significativa del riesgo cardiovascular, como infarto de miocardio, angina inestable, ictus o muerte cardiovascular.
En líneas generales suele ser un perfil que se repite a menudo, varón, dislipémico, fumador, bebedor, no cumplidor y sin intención de serlo. Por eso, es mejor acercarse a través de sus familiares.
Diversos estudios han demostrado que el empleo de la terapia en combinación fija simplifica el inicio y el mantenimiento del tratamiento en los pacientes en prevención secundaria y con alto RCV.
Calidad de vida
En el paciente adherente, el uso de combinaciones fijas tendrá beneficios independientes a la mejora de la adherencia terapéutica. Las combinaciones fijas reducen la aparición de efectos adversos, mejorando así la calidad de vida del paciente. Además, permiten reducir los costes de producción y distribución, haciendo más asequible el tratamiento.
De hecho, priorizar la pauta combinada y asociarla a los hábitos diarios del paciente es una opción importante.
Indicación preferente
Deberían tener una indicación preferente de combinaciones fijas en prevención secundaria de la enfermedad cardiovascular los pacientes con antecedentes de falta de adherencia o que presenten alguno de los factores predictores de falta de adherencia farmacológica. Los que no estén bien controlados con dosis equipotentes y con problemas de adherencia, pacientes que estén controlados con los fármacos individuales, pacientes con comorbilidades y polimedicados.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores especialistas en Medicina Interna Oscar Ronaldo Zoleto Camacho, en Medicina de Familia Juan Carlos Mata Padilla y en Nefrología John Gómez Pérez, de Ceuta; los médicos de Familia Antonio Madrid Conesa, María Eladia Guirao Mirete y Tomasa Santos Jiménez, de Murcia; los cardiólogos Beatriz Pérez Villardón, Aurelio Rojas Sánchez, José Luis Peña Hernández Elsa Prieto Moriche, Marta Mateos García, Laura Peña Conde y Ángel Manuel Iniesta Manjavacas; los especialistas en Medicina Familiar y Comunitaria María del Mar Martínez Sánchez, Amalio Paredes Fernández-Delgado y María José Martí Montoya, del Centro de Salud el Palmar, y José Ricardo Rey Benayas, Marcos Pardo Fernández y José Rafael Cañadilla Moraleda.