[Autor: A. Ruiz]
[Fuente: Huelva Información]
El pronóstico de las personas afectadas por patologías cardiológicas ha empeorado con motivo de la pandemia de coronavirus. No lo ha hecho por el tiempo de respuesta de los centros sanitarios, sino por el «miedo» de los pacientes al contagio por Covid-19. De hecho, tales personas han tardado un mayor tiempo en acudir a los especialistas, concretamente un 25%, y desde el Hospital Quirónsalud Huelva recuerdan que «en el corazón el tiempo cuenta».
Si bien es cierto que ha disminuido el número de pacientes que han acudido a consulta, a pesar de sufrir una patología o presentar algún síntoma relacionado con una, el responsable de cardiología del citado centro hospitalario, Antonio Gómez Menchero, reconoce que la asistencia «ha aumentado progresivamente desde la primera oleada». Así, en la tercera ola de Covid-19, pese a que la provincia de Huelva ha contabilizado más positivos, la conciencia con las patologías cardiológicas «es mayor» y, por ende, «ha aumentado considerablemente el volumen de pacientes con enfermedades cardiovasculares».
Buena culpa de esta mayor concienciación la tiene la campaña de información impulsada por el Hospital Quirónsalud durante la primera oleada, en la que animaban a todos aquellos que sintiesen síntomas de dolor en el pecho, malestar general o cuadro de sudoración «a que acudiesen al hospital, el entorno más seguro para ellos».
A modo de recordatorio, Gómez Menchero señala que «tal era el miedo a salir de casa por la posibilidad de contraer el virus, que el número de pacientes ingresados por dichas patologías disminuyó desde 36 hasta tres o cuatro«. Este escenario se concebía como «ilógico», pues tales enfermedades «no se habían ido y se seguían produciendo». A este respecto, añade que «no se trataba de una situación que solo se producía en Huelva, sino que este miedo a salir de casa se ha evidenciado en todo el país».
Otra de las cuestiones que explica que «muchos infartos se hayan pasado en casa durante el confinamiento» es, aunque en menor medida, el sedentarismo. La pérdida de la actividad trajo consigo consecuencias negativas, especialmente, en los mayores, dado que «perdieron su movilidad al estar siempre en sus hogares».
Todo ello derivó, en palabras del responsable de cardiología del Hospital Quirónsalud Huelva, «en una peor evolución de la patología y, por consiguiente, en una mayor mortalidad -se pasó de un 5% a un 8%-«. El motivo de un peor pronóstico radica en que «las personas llegaban al hospital con un infarto más evolucionado que de costumbre, por lo que la dificultad para tratarlos era mayor», sostiene Gómez Menchero.
Ante ello, desde el centro hospitalario advierten de que «no es necesario saber que se padece una dolencia cardíaca, sino que basta con tener los primeros indicios de una». De hecho, es el estrés del día a día el que puede hacer saltar las alarmas en el sistema cardiovascular, por lo que Gómez Menchero pide a aquellos que manifiesten síntomas que «no esperen, dado que tenemos un circuito totalmente seguro».
Entre los principales síntomas figura la fatiga y el intenso cansancio en actividades que no requieren de un gran esfuerzo. Tales señales pueden dar lugar a la insuficiencia cardíaca, la cual debe tratarse cuanto antes para un mejor pronóstico. Dicho cansancio también puede ir acompañado de otros síntomas, véase los mareos o una dificultosa respiración.
La visita al cardiólogo tampoco debe esperar si la persona siente una fuerte presión en el centro del pecho durante un tiempo prolongado. Esta moleta puede extenderse hacia la garganta, los brazos o la espalda y es el principal síntoma de la angina de pecho establece. Esta opresión puede durar entre cuatro y 15 minutos y sucede, frecuentemente, tras la práctica de ejercicio o después de sufrir emociones fuertes.
Del mismo modo, es necesario acudir a un especialista cuando se sientan palpitaciones. Las arritmias pueden manifestarse de este modo, momento en el que la persona tiene una sensación incómoda en el pecho y se nota el latido cardíaco.