[Autor: Covadonga Díaz]
[Fuente: Diario Médico]
La importancia del ejercicio físico en la longevidad de la población es aún mayor de lo que se pensaba, según ha demostrado un estudio de cohorte prospectivo realizado sobre una población de más de 210.000 individuos, que ha revelado una disminución del 33% del riesgo de mortalidad por todas las causas. Este estudio colaborativo acaba de ser galardonado con el Primer Premio Nacional de Investigación en Medicina del Deporte, convocado por la Universidad de Oviedo, y lleva por título ‘Cantidades recomendadas y más bajas de actividad física a largo plazo y mortalidad: Un estudio de cohorte prospectivo de 210.000 adultos con hasta 20 medidas repetidas’.
El trabajo ha sido llevado a cabo por equipos de investigación de la Universidad Autónoma de Madrid, el Instituto Madrileño de Estudios Avanzados en Alimentación y centros de investigación de Taiwán (Universidad Nacional Cheng Kung), Australia (Universidad de Sidney), Estados Unidos (Universidad de Harvard) y Noruega (Norwegian School of Sport Sciences).
Realizado sobre una muestra de 210.327 taiwaneses que fueron seguidos durante 23 años, concluye que la práctica de actividad física durante el tiempo libre se asocia a una reducción de la mortalidad por cualquier causa, así como por enfermedad cardiovascular y por cáncer.
Amplio periodo de seguimiento
Una de las características que refuerza la consistencia de los datos del estudio es el amplio periodo de tiempo durante el cual fue seguida buena parte de la muestra. “En algunos casos su actividad física fue valorada hasta en 20 ocasiones durante el periodo de seguimiento y esto es muy importante porque es necesario tener en cuenta que la actividad física que realiza una persona varía a lo largo de vida; de ahí la conveniencia de monitorizar esa fluctuación en los estudios”, explica David Martínez Gómez, del departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Autónoma de Madrid que ha liderado el estudio.
“Cuanto mejor esté medido el ejercicio físico más determinante será la información obtenida sobre sus efectos como indicador de salud”, señala este especialista. Para el desarrollo del estudio se realizaron casi 900.000 mediciones de actividad física en el tiempo libre, y a los participantes se les clasificó en función de las cantidades de actividad física recomendadas: “inactivos” (0 minutos de actividad física), “insuficiente” (menos de lo recomendado), “recomendado” (150-300 minutos a la semana de actividad física moderada o 75-150 minutos de vigorosa) y “adicional” (más de lo recomendado).
La asociación entre actividad física y reducción del riesgo de mortalidad es “entre un 15 y un 25% más fuerte de lo que se pensaba”. Así, según David Martínez, los estudios que se manejaban hasta el momento señalaban que la reducción podía oscilar entre un 20 y un 30%, “mientras que nosotros hemos comprobado que se sitúa entre un 30 y un 40%”.
En concreto, el riesgo de mortalidad por todas las causas se reduce un 33%, en el caso de la mortalidad por causa cardiovascular, que es la principal causa de muerte en el mundo, se eleva hasta el 40%, mientras que se sitúa en el 29% en el caso de la mortalidad relacionada con cáncer.
Beneficio con cantidades pequeñas
Otra conclusión muy relevante del estudio es que el efecto beneficioso protector se obtiene ya con una cantidad pequeña de actividad física, es decir, aun cuando no se alcancen los niveles recomendados como óptimos. “Incluso con una pequeña actividad se obtiene ya una reducción muy importante, justificando la idea de que lo importante es la actividad física regular aunque no se alcancen las recomendaciones”.
“En nuestro estudio hemos visto que la mortalidad por todas las causas con la realización de algo de ejercicio físico, aun no alcanzando la cantidad recomendada, se reduce un 25%, mientras que se eleva al 28% en el caso de la cardiovascular y se queda en el 23% en el caso de la mortalidad vinculada a cáncer”. Esto demuestra que “cualquier nivel de actividad física es ya importante, y refuerza el lema de la OMS de que cualquier movimiento cuenta”.
La conclusión del estudio es que la fuerza de las asociaciones encontradas usando medidas repetidas sugieren que el efecto de la actividad física regular sobre la supervivencia a nivel poblacional es mayor que lo que se había descrito hasta ahora; de ahí la importancia de reforzar las estrategias para conseguir aumentar la práctica de actividad física entre la población general porque se podría estar subestimando el efecto de esta conducta en la salud futura.