[Autor: Antonio Castillejo]
[Fuente: 65ymás]
Un reciente estudio realizado por la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) ha puesto de manifiesto que la población en tratamiento simultáneo con 5 o más medicamentos se ha triplicado en 10 años.
Publicado por el Grupo de Trabajo en Utilización de Fármacos de la semFYC, es uno de los estudios más extensos hechos hasta la fecha acerca de la Evolución de la polimedicación en España. Como el propio estudio refiere, los datos son preocupantes y afectan a todas las franjas de la población sin diferenciar géneros ni edad.
En ese sentido, el estudio en cuestión ha detectado que el porcentaje de población mayor de 14 años con cinco o más fármacos prescritos simultáneamente ha pasado del 2,5% en 2005, al 8,9% en 2015. La proporción de mujeres polimedicadas fue mayor que el de hombres y se incrementó especialmente en el grupo de edad de 80 o más años. Además, el porcentaje de personas con polimedicación excesiva, es decir, con prescripción de 10 medicamentos o más simultáneamente, se multiplicó por 10 entre 2005 y 2015.
Mayores de 64 años, los más afectados
En mayores de 64 años, la polimedicación pasó del 9,8% al 28,2% en una década. De hecho fue el segmento de edad donde se apreció un mayor incremento de la polimedicación excesiva se dio principalmente en esta franja de edad. En cualquier caso, los investigadores explican que estas cifras podrían incluso ser mayores puesto que en el estudio no se han tenido en cuenta las prescripciones de hospitales ni de centros sanitarios privados.
Esto es debido a que el estudio se ha realizado sobre todos los individuos mayores de 14 años incluidos en una base de datos multirregional de Atención Primaria de la población española (BIFAP). Se trata de una base de datos de historias clínicas electrónicas de Atención Primaria para la realización de estudios farmacoepidemiológicos perteneciente a la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS), con la colaboración de las Comunidades Autónomas.
Otro de los principales resultados de este trabajo cabe destacar, además del aumento de los pacientes polimedicados, que el porcentaje de pacientes que no tienen prescrito ningún tratamiento crónico ha disminuido, pasando del 80,2% en 2005, al 63,1% en 2015. Es decir, en 2005, dos de cada diez personas se medicaban para tratar una enfermedad crónica; mientras que en 2015, cerca de cuatro de cada diez incorporan en su historial médico la prescripción de un tratamiento crónico.
Envejecimiento y ‘medicalización de la vida’
Los autores del estudio apuntan al progresivo envejecimiento de la población española como una de las causas que explicaría el aumento de la polimedicación. El motivo es sencillo, a más edad, mayor número de enfermedades crónicas y más ingesta de medicamentos.
No podemos olvidar que el tanto por ciento de personas mayores de 64 años en nuestro país era en 1995 del 15%, en 2018 del 19% y según todas las proyecciones realizadas sobre este tema, en 2030 representarán 25,6% de la población española.
“El envejecimiento de la población explica esta tendencia solo en parte, puesto que la polimedicación no solo se ha incrementado en las edades más avanzadas, sino también en las personas jóvenes”, explica Miguel Ángel Hernández Rodríguez, coordinador del Grupo de Trabajo y coautor del estudio, antes de añadir que “estos resultados implican que la polimedicación debería ser considerada un problema de salud pública que se debería abordar conjuntamente por todo el Sistema Nacional de Salud, tanto en el ámbito sanitario público como en el privado”.
Por su parte, el presidente de la semFYC, Salvador Tranche, explica que son varios los motivos, además del envejecimiento, que pueden explicar estos resultados. La llamada ‘medicalización de la vida’ sería uno de ellos. “Como médicos de familia, observamos con preocupación cómo pequeños cambios en los límites de las definiciones de enfermedad suponen que amplias proporciones de población pasen a ser etiquetadas como enfermas y, en consecuencia, reciban un tratamiento que, además de innecesario, les puede ocasionar más riesgos que beneficios”, advierte.
Tranche señala, por ejemplo, que se hace un “uso excesivo de medicamentos para superar acontecimientos vitales o etapas propias de la vida (pérdida de un ser querido, ruptura de pareja, despido laboral, jubilación, menopausia…), como otra expresión de la medicalización de la vida”.
También denuncia el presidente de la semFYC que “la falta de tiempo para atender adecuadamente a los pacientes en Atención Primaria y el excesivo uso de los servicios de urgencias, potencian el aumento en la prescripción de medicamentos”, por lo cual explica que sería necesario “aumentar la colaboración con los compañeros y compañeras de los hospitales, y así como una apuesta por la Atención Primaria que se traduzca en minutos de consulta e implique calidad asistencial y de recursos”.
Perjuicios para la salud de los mayores
Por su parte, la doctora Nieves Fernández Letamendi, geriatría del Hospital Quirónsalud Zaragoza advierte que la polimedicación es «un problema de salud pública, con una prevalencia alta (70%) en los pacientes mayores frágiles».
Un paciente con una enfermedad crónica puede estar lógicamente polimedicado (por ejemplo: un paciente con hipertensión o diabetes), pero, «es más frecuente, en nuestros mayores, la coexistencia de varias patologías, cada una tratada con uno o varios fármacos», explica Fernández Letamendi para quien «la polimedicación, evidentemente, puede ser adecuada, y necesaria, para poder controlar las distintas enfermedades que padecemos. Sin embargo, una vez que cruzamos esa barrera, y más en los pacientes frágiles y mayores, el riesgo de interacciones y de reacciones adversas a fármacos aumenta peligrosamente«.
Como factores de riesgo en una de polimedicación inadecuada de las personas mayores están los siguientes:
- Ser mayor de 75 años, y en especial sexo femenino.
- Insuficiencia renal crónica o trastornos digestivos. Nuestros riñones y aparato digestivo también envejecen con nosotros y esto supone una mayor dificultad a la hora de absorber y eliminar la medicación. Como ejemplo se suele citar la ingesta de antiinflamatorios que pueden ocasionar hipertensión o fallos renales.
- Necesidad de consumir fármacos analgésicos, ansiolíticos y/o antidepresivos, antiespasmódicos, o anticoagulantes/antiagregantes.
- Tener más de 3 enfermedades crónicas: hipertensión, diabetes, enfermedades cardiovasculares, neurológicas, respiratorias, digestivas, artrosis…
- Factores sociales: soledad, situación de dependencia…
- Haber contactado con servicios sanitarios en los últimos 3 meses
- Visitas a varios especialistas y ser atendido por diferentes prescriptores
- Acudir a varias farmacias, con cambios frecuentes en la nomenclatura o presentaciones del fármaco
- Por parte de los profesionales sanitarios, no dar instrucciones claras y por escrito al paciente sobre la prescripción de cada fármaco y no revisar periódicamente para desprescribir cuando sea necesario.
Consecuencias de la polimedicación y del uso de medicamentos inapropiados en personas mayores:
- Disminución de la adherencia terapéutica y/o errores en la toma de los mismos (olvidos de tomas, duplicidades de las mismas…) con aumento de morbilidad.
- Aumento de efectos adversos e interacciones: se sabe que un paciente que toma 10 fármacos o más, aunque estén correctamente prescritos, va a presentar reacciones adversas y/o interacciones en el 100% de los casos.
- Riesgo de hospitalización, de prolongación de la misma y de reingreso.
- Disminución de la funcionabilidad física, con riesgo de caídas y de lesiones provocadas por las mismas.
- Deterioro en la percepción de calidad de vida en relación con la salud
- Aumento de mortalidad.
La Sanidad valenciana, un ejemplo a seguir
Hace apenas tres días, preocupada por el problema de la polimedicación, la Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública de la Comunidad Valenciana ha dado un ejemplo de coherencia al anunciar el diseño de una estrategia integral para adecuar la prescripción farmacológica en las personas mayores de 65 años que toman más de cinco medicamentos durante al menos seis meses con el objetivo de optimizar la eficacia de los tratamientos y vigilar la seguridad.
El plan prevé revisar la múltiple medicación por franjas de edad y retirar la que no sea necesaria o sustituirla por otra más adecuada, siempre con vistas a alcanzar el fin terapéutico que se busque.
Un total de 468.921 mayores de 65 años toman, al menos, cinco fármacos durante más de 180 días en la Comunidad Valenciana, lo que representa el 9,8% de esta población. A estas personas se dirige la estrategia, porque la edad genera cambios en el organismo, que metaboliza de manera singular los medicamentos, y porque, como ya se ha dicho, según se cumplen años las enfermedades suelen multiplicarse y, con ello, la medicación recetada por personal facultativo distinto y en ámbitos diferentes.
Se estima que las reacciones adversas a los medicamentos en una polimedicación son responsables del 30% de los ingresos hospitalarios en pacientes mayores. Las principales causas de estas reacciones son los usos inadecuados, por ejemplo, más tiempo, o en dosis mayores de las indicadas, o sin tener en cuenta posibles interacciones con otros fármacos que también toman.
Por ello, la Dirección General de Farmacia y Productos Sanitarios de Sanidad comenzará a revisar los casos de pacientes polimedicados y de más de 65 años para optimizar la eficacia y la seguridad de sus tratamientos.
La hoja de ruta arranca este 2021 con las personas de 75 o más años que toman más de 10 fármacos, para lograr progresivamente toda la población polimedicada. Y para poder acometer este proceso, se ha previsto emprender acciones en todos los ámbitos asistenciales e implicar tanto profesionales como pacientes.