[Autor: Judith Vives]
[Fuente: mundodeportivo]

La habitual subida de temperaturas en verano se está viendo agravada en los últimos años a causa del cambio climático, por lo que hoy en día es más importante que nunca tomar medidas para evitar el efecto del calor en nuestra salud.

 

Y es que a pesar de que el cuerpo humano está preparado para aguantar cambios de temperaturas y soportar frío y calor extremo, lo cierto es que nuestra capacidad para calentarnos o refrescarnos también tiene sus límites. En el caso del calor, cuando éste es muy fuerte, nuestro organismo se sobrecalienta y, entonces, aparecen síntomas como los dolores de cabeza, calambres musculares y vómitos.

Enfermedades relacionadas con el calor

El sobrecalentamiento severo, cuando la temperatura corporal llega a los 40 grados, puede provocar un golpe de calor que puede dañar los riñones, el cerebro y los músculos.

 

Tal y como explican los expertos de la facultad de medicina de Harvard, incluso para las personas sanas, el calor puede ser peligroso y causar enfermedades relacionadas con las altas temperaturas. El calor puede ser un riesgo para las personas sanas, pero es particularmente peligroso para las personas que ya tienen problemas de salud, llegando incluso a provocar la muerte.

 

Personas expuestas al calor, como los obreros de la construcción y otros trabajadores al aire libre, así como los atletas, las personas mayores y las mujeres embarazadas deben tener especial cuidado.

 

Las personas mayores que sufren insuficiencia cardíaca, enfermedad renal y enfermedad pulmonar crónica, y las personas sin hogar corren un alto riesgo cuando las temperaturas se disparan. También los padres de niños con asma y personas con diabetes deben vigilar ante el aumento de temperaturas.

 

Además, cualquier persona que tome medicamentos, como diuréticos, pueden ser vulnerables pues el calor puede afectar la capacidad de su cuerpo para sudar o retener agua.

¿Cómo protegerse de una ola de calor?

Cuando aumentan las temperaturas a niveles extremos, debemos tomar una serie de medidas para protegernos nosotros y también a las personas vulnerables que nos rodean.

 

Entre los consejos básicos se incluye el de beber mucha agua para mantenerse correctamente hidratado. Es recomendable evitar el exceso de cafeína y alcohol, que pueden promover la deshidratación.

 

En casa o en la oficina, debemos cubrir las ventanas con cortinas, persianas, papel o cualquier material que evite que entre el sol directamente.

 

En la alimentación, podemos comer alimentos que se puedan servir fríos, para evitar usar el horno o el fogón.

 

En las horas en que baja la temperatura, como por la noche, abrir las ventanas y utilizar un ventilador para hacer circular el aire.

Prevenir a largo plazo

Las olas de calor extremo cada vez más frecuentes son también el resultado del cambio climático, por lo que para evitar situaciones graves es importante empezar a tomar medidas desde ahora en vista al futuro.

 

Para ello, debemos concienciarnos para reducir la emisión de carbono, como por ejemplo, limitando el uso del vehículo y optando por caminar o usar el transporte público o la bicicleta.

 

Podemos también impulsar iniciativas como plantar árboles y vegetación en las ciudades para que sean más verdes. Los árboles eliminan los contaminantes del aire que pueden dañar aún más a las personas que están en riesgo de calor.

 

Source:https://www.mundodeportivo.com/vidae/20210719/410592594387/aumento-temperaturas-evitar-enfermedades-calor-act-pau.html

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