[Autor: Milagros Martínez]
[Fuente: tekcrispy]

El ritmo de vida que llevamos en la sociedad actual puede provocar que caigamos en el sedentarismo, en una mala alimentación y, en hábitos diarios que aunque parezcan inofensivos conllevan problemas de salud.

 

Hoy, te presentamos algunos de esos hábitos perjudiciales que no crearías que afectan a tu salud y, que de seguir repitiendo pueden propiciar la aparición de ciertas enfermedades y afectar tu calidad de vida. Conoce cuáles son y que debes hacer para no caer en ellos.

No debes llevar la cartera en el bolsillo trasero de tu pantalón

Generalmente, los hombres tienden a guardar su billetera en el bolsillo trasero del pantalón y a sentarse sobre ella. Esa práctica produce una compresión del nervio ciático ubicado a la altura del glúteo, demandando mecánica a nivel de vertebras, ligamentos y en la zona lumbar.

 

En efecto, provoca una inclinación inapropiada de la cadera, descuadre de la pelvis y hasta molestos dolores de espalda. Eso es lo que se conoce como síndrome de la billetera o síndrome de atrapamiento del nervio ciático. Según un artículo publicado en la revista International Journal of Medical Research & Health Sciences, esta afección se trata de:

 

Una condición en la que, debido al uso de una cartera de gran grosor en la parte trasera del pantalón, se produce una inclinación en la posición de la pelvis que puede traer efectos negativos en la postura que causan desde adormecimiento de las piernas hasta consecuencias tan graves como desviación de la columna”.

¿Cómo podemos sobrellevar este síndrome? En primer lugar, comienza por erradicar ese hábito de tu vida, opta por llevar la cartera a la parte frontal de tu pantalón o en un bolsillo de tu camisa, chaqueta o saco.

 

Ahora bien, para combatir los síntomas, procura mantener una buena postura, realizar estiramientos y ejercicios de fortalecimiento de glúteos, espalda y grupos musculares inferiores. Incluso, puedes realizar ejercicios respiratorios que ayuden a expandir la caja torácica.

Evita trabajar en exceso

El dinero que obtenemos a través de nuestros trabajos nos permite cubrir gastos y, por tanto, satisfacer nuestras necesidades económicas y hasta psicosociales. Pero, cuando el trabajo ocupa la mayor parte de nuestro tiempo diario conlleva un desgaste físico y emocional. Como consecuencia, nos alejamos de nuestros amigos, familiares y acabamos estropeando nuestras relaciones sociales.

 

Trabajar en exceso provoca una mayor exposición al estrés, lo que podría desencadenar sentimientos de soledad, ansiedad y depresión. Inclusive, nos exponemos al sedentarismo y a una mala alimentación.

 

Adicional a ello, este hábito puede alterar nuestro reloj biológico –eleva el riesgo de padecer obesidad e incrementa la resistencia a la insulina, factores de riesgos de la diabetes–, afectando la calidad del sueño y hasta provocar un ataque cardíaco.

 

De igual manera, el estrés constante puede desencadenar el síndrome de agotamiento profesional o burno, caracterizado por  tres elementos: cansancio emocional, despersonalización y baja realización personal.

No desayunar y comer a deshoras es dañino para nuestra salud

El desayuno es una de las comidas más importantes del día, debido a que los nutrientes y calorías que se consumen son los primeros que se ingieren después de un ayuno derivado de horas de sueño. Por tanto, es importante la ingesta de alimentos a primera hora del día si queremos mantener activas nuestras funciones orgánicas, no perder la concentración ni agotarnos mentalmente. Incluso, evitamos atracones de comida pasadas unas cuantas horas, lo cual pueden causarnos problemas digestivos y afectar nuestro plan nutricional.

 

Adicional a ello, tampoco debemos comer a deshoras o saltarnos las comidas. Estudios afirman que comer tarde induce una mayor ingesta de calorías, lo cual afecta nuestro peso corporal y metabolismo. Por ende, corremos más riesgos de sufrir diabetes, obesidad y enfermedades coronarias.

 

Otro hábito diario que debemos evitar es comer rápido, no masticar bien la comida y tragarla casi que entera representa un problema para nuestra salud. Aparte de atragantarnos, la digestión se vuelve pesada, provocando que desarrollemos problemas gástricos. Por tanto, debemos masticar bien los alimentos, procurar que se mezclen bien con la saliva, para no sobrecargar el estómago y facilitar el proceso digestivo.

No realizar actividad física

El sedentarismo en uno de los hábitos diarios que más afectan nuestra salud. Pasar todo el día sentado sin realizar ningún tipo de actividad física incrementa el riesgo de padecer enfermedades cardiacas, diabetes y dificulta el funcionamiento cerebral.

 

Así que, si quieres evitar ser víctima del sedentarismo, debes incluir rutinas de ejercicios físicos en tu vida. Sus ventajas son numerosas, entre ellas se cuenta la prevención de la obesidad, control de presión arterial, glucosa, triglicéridos e incluso los niveles de insulina. De igual modo, la actividad física mejora nuestra salud mental al aumentar nuestra autoestima y bienestar emocional.

Dormir poco

Tener un descanso reconfortante es fundamental para nuestra salud. Por ende, si quieres rendir en tus actividades diarias, tienes que dormir entre 6 y 8 horas diarias como mínimo. En caso contrario, no rendirás al día siguiente, tenderás a estresarte y ponerte de mal humor.

 

Otro hábito que debemos descartar es omitir las siestas cuando se necesitan. Si por alguna razón no descansamos suficiente durante la noche, tomarse una buena siesta durante el día no vendría mal. Además de ser algo reparador, esta práctica puede ayudarnos a controlar nuestra presión arterial.

 

Adicionalmente, debemos procurar irnos más temprano a la cama para lograr levantarnos más temprano. Según los expertos, las personas que madrugan son menos propensas a padecer problemas de estado del ánimo. Inclusive, las personas que desarrollan este hábito tienden a ser más productivas, enérgicas y amables.

Pasar mucho tiempo detrás de una pantalla

El auge de la tecnología nos obliga a pasar mucho tiempo detrás de una pantalla, bien sea detrás de un ordenador, tablet, smartphone o un TV. Sin embargo, esos hábitos pueden ocasionar problemas de salud física y mental.

 

Por ejemplo, tumbarse en la cama o en el sofá y pasar horas mirando el televisor perjudica nuestra vista y acarrea problemas de movilidad (puede terminar en obesidad) e incapacidad para experimentar y expresar emociones. En la Revista Información Científica (RIC), se explica que:

 

Cuando estás por mucho tiempo frente a una pantalla, parpadeas menos que cuando realizas otro tipo de actividades. Además, tu vista se enfoca en un punto por mucho tiempo. Estos dos factores fatigan los músculos oculares, secan la vista y generan una sensación generalizada de agotamiento”.

Por otro lado, si hablamos de pasar horas sentados detrás de un ordenador, a menudo eso resulta en dolores de espalada, cuello y hombros. Incluso, se debilitan los músculos del cuerpo que menos utilizamos como las piernas y la zona media.

Abusar de las redes sociales

Así como estamos no exceptos del tiempo de pantallas, tampoco lo estamos de las redes sociales. Las plataformas sociales promueven estereotipos de belleza que muchas veces son inalcanzables, derivando en una insatisfacción corporal y baja autoestima que al final terminan en trastornos alimenticios como anorexia y dismorfia corporal.

 

En vista de que el uso excesivo de las plataformas sociales conlleva problemas de salud, se recomienda establecer un horario para revisar las redes. Eventualmente, desinstalar aplicaciones de tu móvil, alejarte del teléfono y si es necesario buscar ayuda profesional.

No cambiar las sabanas

Si no cambiamos las sábanas con frecuencia, nuestra cama se puede convertir en un criadero de bacterias, hongos, polen y pelusas, provocando que nuestra piel se vea con más impurezas.

 

Para evitar esa situación, la doctora especializada en higiene Lisa Ackerley recomienda cambiarlas como mínimo una vez a la semana y, cada mañana, debemos airearlas y estirarlas antes de disponernos a hacer la cama.

 

Por otro lado, el microbiólogo de la Universidad de Nueva York, Philip Tierno, agrega que la frecuencia se puede incrementar a dos y tres veces por semana dependiendo de nuestros hábitos a la hora de dormir. Por ejemplo: las personas que duermen desnudas sudan mucho más y tienden a acumular más microorganismos.

Consumir productos dietéticos

Si bien es cierto que los productos dietéticos se presentan como una alternativa para ayudarnos  a perder peso y lleva una alimentación más saludable, la realidad es que supone dejar de consumir nutrientes vitales. Ese hábito puede provocar desnutrición, anorexia u obesidad.

 

Por ejemplo: investigaciones han demostrado que las personas que beben más de dos refrescos de dieta diariamente, aumentan el grosor de su cintura más que aquellos que no consumen gaseosas. Básicamente, porque vienen cargadas de edulcorantes artificiales. En este caso, debemos cuidar la tabla nutricional de estos productos y validar que realmente cumplan con nuestros requerimientos.

 

Así que, si quieres llevar una vida más saludable, comienza por tomar conciencia del impacto que estos hábitos tienen en tu salud y da el primer paso para iniciar el cambio.

 

Source:https://www.tekcrispy.com/2021/07/18/procura-eliminar-habitos-diarios-vida/

Dejar un comentario