[Autor: Raquel Sáez]
[Fuente: mundodeportivo]

  • Se recomienda no tomar más de 5 gramos diarios
  • Su consumo excesivo está vinculado hipertensión arterial y enfermedades cardiovasculares

 Pese a las recomendaciones de las autoridades sanitarias, consumimos más sal de la que deberíamos. En España, abusamos de este producto, que es un compuesto de cloruro (60 %) y de sodio (40 %). Es decir, superamos los 5 gramos diarios de sal aconsejados tanto por el Ministerio de Sanidad como por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

 

Consumir más sal de la cuenta nos puede pasar factura, porque está relacionada con la presencia de hipertensión arterial y enfermedades cardiovasculares.

 

Según consta en la Estrategia Naos del Ministerio de Sanidad, los alimentos contienen cantidades variables de sal. Se considera con mucha sal aquellos productos que contienen 1,25 gramos por cada 100 gramos. Al contrario, se considera que tiene poca sal si incluye 0,25 gramos por cada 100 gramos.

Cómo calcular la cantidad de sal

Podemos comprobar estas cantidades en las etiquetas de los alimentos, que indican el contenido de sal mediante la expresión cloruro sódico o sodio. La cantidad se puede obtener multiplicando la cantidad de sodio por 2,5.

 

El consumo moderado tienen que empezar desde edades tempranas. Los niños deben tomar alimentos con sabor moderado de sal. De esta forma, adquirirán hábitos alimentarios correctos, que se mantendrán en la vida adulta con grandes ventajas para la salud: disminuye la tensión arterial, el riesgo de enfermedad cardiovascular, los accidentes cerebrovasculares y el infarto de miocardio.

 

Además, desde Sanidad se aconseja reducir el consumo de aperitivos salados para evitar que se forme un patrón de consumo salado. La alternativa: utilizar hierbas y especias para condimentar los alimentos.

Consejos para reducir el consumo de sal en casa

La OMS recomienda consumir menos de 5 gramos (un poco menos que una cuchara de té) de sal por día, en el caso de adultos. Para los niños, hay que ajustar a la baja, con “la ingesta máxima recomendada para los adultos en función de las necesidades energéticas en relación con las de los adultos”.

 

Si nos cuesta reducir la sal de nuestra dieta diaria, la organización da algunos consejos:

 

1. No agregar sal durante la preparación de los alimentos.

 

2. No poner saleros en la mesa.

 

3. Limitar el consumo de tentempiés salados.

 

4. Escoger productos hiposódicos.

Mitos sobre la sal

La OMS también desmonta algunos mitos sobre el consumo de la salud, que tenemos que desterrar. El primero: cuando hace calor y hay humedad, se necesita más sal en la alimentación. No es así porque el sudor contiene poca sal y por lo tanto no es necesario agregar más incluso en los días cálidos y húmedos. Lo que hay que beber es agua.

 

La sal marina tampoco es mejor que la refinada, por el hecho de que sea natural. Cualquiera sea el origen, es el sodio el causante de problemas de salud.

 

Otra creencia: la salud y el gusto de nuestros platos. Al principio, puede parecernos que los alimentos sin sal no tienen sabor, pero hay que esperar a que las papilas gustativas se vayan habituando a la disminución de la sal. Además, es probable que uno acabe por apreciar los alimentos y encontrarles más sabor.

 

Todos, independientemente de nuestra edad, debemos preocupar por la cantidad de sal que consumimos. Los jóvenes no están exentos de los problemas derivados de este producto, porque el hecho de consumir demasiada sal aumenta la tensión arterial a cualquier edad.

 

Source:https://www.mundodeportivo.com/vidae/salud/20210730/1001667906/beber-alcohol-vacuna-covid-coronavirus.html

Dejar un comentario