La actividad física regular es importante para promover el desarrollo neuromuscular y la salud ósea.

 

En los pacientes con Hemofilia son especialmente recomendables los deportes sin contacto como nadar, caminar, golf, bádminton, tiro con arco, ciclismo, remo, vela, tenis de mesa.

 

Los deportes de alto contacto y de colisión como fútbol, ​​hockey, rugby, boxeo o lucha libre, y las actividades de alta velocidad como las carreras de motocross o el esquí, no se recomiendan por la mayor probabilidad de lesiones que podrían ser potencialmente mortales, a menos que se siga una profilaxis adecuada para cubrir estas actividades. También se recomienda, en caso de realizar estas actividades, usar protectores bucales dentales hechos a la medida para prevenir traumatismos. Tampoco son recomendables ejercicios físicos que puedan producir efectos de sobrepresión continuada sobre determinadas articulaciones como tobillos o rodillas.

 

Los programas deportivos organizados son preferibles frente a las actividades deportivas no estructuradas.

 

Las personas con Hemofilia deben consultar a un profesional de rehabilitación, antes de participar en nuevos deportes y actividades físicas para: analizar su idoneidad, el equipo de protección necesario, la profilaxis (cobertura de factor) y las habilidades físicas requeridas antes de comenzar. Esto es particularmente importante si el individuo tiene alguna articulación con sangrado recurrente (es decir, articulación diana). Las articulaciones diana se pueden proteger con aparatos ortopédicos o férulas durante la actividad física.

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