Consiste en administrar al paciente el factor de la coagulación que le falta o algún fármaco que sustituya la función de este
factor, diferente según la gravedad de la Hemofilia.

 

En pacientes con Hemofilia leve o moderada puede ser necesaria solo en momentos puntuales, mientras que en pacientes con Hemofilia grave puede ser necesaria una administración más continuada.

 

A los pacientes con Hemofilia A se les administrará Factor VIII o fármacos que sustituyan su función y a los pacientes con Hemofilia B se les administrará Factor IX. Los factores de la coagulación se administran de forma intravenosa y los sustitutivos de la función de Factor VIII se administran de forma subcutánea.

 

 

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