Tras el diagnóstico, los pacientes pasan por diferentes fases: incertidumbre, miedo, etc., a esto se une que en ocasiones la información que reciben suele ser escasa, lo que agrava la ansiedad y desconcierto. Ante esta situación, es fundamental tener un buen soporte familiar y social.
Como paciente debes estar informado sobre la enfermedad y participar activamente en la toma de decisiones. Esto te puede ayudar a fortalecer el sentido de control de esta nueva situación que estás viviendo.