La enfermedad limita la capacidad de esfuerzo. Sin embargo, mantenerse activo y el ejercicio físico bajo supervisión del médico o fisioterapeuta, mejorará poco a poco la tolerancia al esfuerzo.
Se recomienda practicar:
- Ejercicio suave, moderado y progresivo (caminar, hacer yoga o practicar natación)
- Entrenamiento bajo supervisión médica para ayudar a tolerar mejor el esfuerzo físico.