Tratamientos complementarios
Es importante que cada paciente reciba un plan de tratamiento adaptado a sus necesidades. En algunas ocasiones también se añaden al tratamiento:
- Anticoagulantes: evitan la formación de coágulos sanguíneos o trombos.
- Suplementos de hierro y ácido fólico: pueden administrarse para ayudar en la formación de nuevos glóbulos rojos.
- Eritropoyetina: estimula a la médula ósea para producir glóbulos rojos.
- Antibióticos profilácticos: cuando se utilizan fármacos que inhiben el sistema del complemento, se incrementa el riesgo de infección grave.
- Transfusión de concentrados de hematíes o plaquetas: cuando existen descensos importantes de la hemoglobina o las plaquetas y el organismo no puede generar suficientes células nuevas para compensar estas pérdidas.