[Autor: Clara Simón]
La rosuvastatina, al ser una estatina de alta intensidad, consigue unas reducciones de LDL mayores del 50%.
Existen evidencias de que la reducción del LDL puede prevenir la aparición de las ECV y en diabéticos la aparición y progresión de ECV. Mas de un tercio de los pacientes no alcanza los objetivos de LDL. De hecho, se constata un mal control lipídico en pacientes de alto y muy alto riesgo en estudios como L-TAP2, EUROASPIRE, EDICONDIS-ULISEA.
Y es que la falta de control terapéutico de los niveles de LDL es consecuencia de la interacción de diferentes factores, relacionados con los enfermos, con el tratamiento o por los sistemas sanitarios.
Objetivos claros
A la hora de conseguir los objetivos terapéuticos es clave tener en cuenta qué es lo que se quiere conseguir y desde dónde se parte. De esta forma, se podrá elegir correctamente el fármaco adecuado. También es importante hacer un seguimiento del paciente para reforzar las medidas higiénico-dietéticas y valorar la adherencia del paciente al tratamiento. En estas consultas se puede revaluar y revisar el nivel de riesgo que tiene cada paciente.
La clasificación de las estatinas se hace teniendo en cuenta su potencia; es decir, la capacidad que tienen para reducir los niveles de C-LDL. Se dividen en tres grupos, de baja, media y alta potencia. Están relacionados con la dosis de estatina, ya que a medida que se aumenta la dosis se eleva la capacidad de reducción del C-LDL (regla del 6%).
En el grupo de intensidad alta se encuentran las que aportan reducciones del C-LDL igual o superiores al 50%, como pueden ser la atorvastatina de 40 mg y de 80 mg y la rosuvastatina de 20 mg. Es importante matizar que estas cifras reductoras siempre están condicionadas por los distintos perfiles de pacientes.
La rosuvastatina produce una elevada reducción de LDL con bajo riesgo de interacciones. Además es capaz de lograr un ligero aumento del colesterol HDL y disminución de triglicéridos.
Regla del 6
En este contexto, no se puede dejar pasar por alto la regla del 6, que supone un descenso promedio adicional del colesterol LDL del 6% al duplicar la dosis de cualquier estatina. Por razones de eficacia hipolipemiante, en función de las cifras de colesterol LDL del paciente ya tratado con estatinas y la distancia al objetivo recomendado para su nivel de riesgo, se puede optar por elegir un fármaco de acción sinérgica frente a duplicar las dosis y/o cambiar a estatinas más potentes.
Para los pacientes que no toleran dosis altas de estatinas potentes, una opción puede ser la combinación con ezetimiba para poder cumplir los objetivos terapéuticos.
Hay que tener en cuenta el efecto sumativo, si la rosuvastatina baja más del 50% del LDL y el ezetimibe los disminuye entre un 12 a un 18%, se dispone de un mínimo de disminución de LDL del 62%. Además se consigue una mejor adherencia terapéutica al tomar dos fármacos en un sólo comprimido.
Evidencia científica
El estudio EXPLORER compara la eficacia de rosuvastatina 40 mg en monoterapia con la asociación rosuvastatina 40 mg y ezetimibe 10 mg. Confirma la mayor eficacia de la combinación en todos los pacientes independientemente del grado de riesgo cardiovascular. El grupo combinado logra una reducción media del LDL del 70% y el grupo de monoterapia del 57%. Respecto a los pacientes de muy alto riesgo cardiovascular el grupo de monoterapia consiguió un objetivos en el 35% de los pacientes, mientras que la combinación llegó hasta el 80% de los casos.
Por su parte, el estudio GRAVITY compara rosuvastatina 10 y 20 mg frente a simvastina 40 y 80 mg, asociando ezetimibe en todos los pacientes. Rosuvastina consiguió mejores resultados que simvastatina. El grupo con más eficacia fue rosuvastatina 20 mg más ezetimibe. La importancia de este estudio es la revelación de la clara superioridad de rosuvastatina sobre sinvastatina.
Hipercolesterolemia familiar
En el estudio sobre hipercolesterolemia familiar MRS-ROZE se comparó la rosuvastatina 5, 10 y 20 mg en monoterapia y con ezetimibe 10 mg. La terapia combinada fue mayor que la monoterapia en todos los grupos, llegando en algunos a obtener un 15% más de reducción del LDL.
Efectos extralipídicos
A través de los potenciales efectos en las proteínas celulares, las estatinas pueden tener una serie de efectos extralipídicos o pleotrópicos. Destacan la mejoría de la función endotelial y las propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y antitrombóticas, que se acompañarían de beneficios más allá de los debidos al descenso del cLDL.
Hay evidencia clínica y experimental de los efectos pleotrópicos de las estatinas en las enfermedades cardiovasculares y también en otras patologías, aunque con resultados que no se consideran definitivos.
Función endotelial
Pueden tener un papel en la mejora de la función endotelial, como la mayor regulación de la sintasa del óxido nítrico, disminución de la inflamación sistémica y vascular vía activación de las células T y estabilización de las placas ateroscleróticas. También se aprecia un incremento en la perfusión microvascular y una disminución de las moléculas de adhesión.
Otro de los posibles efectos pleiotrópicos cardiovasculares sería la prevención en fases tempranas de la insuficiencia cardiaca, ya que las estatinas limitan la hipertrofia cardiaca y promueven la movilización de células progenitoras, con lo que se induce angiogénesis, a lo que se sumaría la mayor disponibilidad de óxido nítrico.
Otros beneficios
En enfermedad cerebrovascular algunos ensayos han mostrado una reducción del riesgo de ictus isquémicos. También los pacientes en tratamiento previo con estatinas parecen presentar ictus de menor gravedad y con mejor pronóstico.
En arteriopatía periférica hay datos de ensayos clínicos que demuestran, al evaluar la respuesta dilatadora mediada por flujo y la pletismografía de oclusión venosa, que mejora la función endotelial en la circulación periférica.
En cuanto a los efectos extralipídicos no cardiovasculares, es lógico pensar que puedan tener también efectos beneficiosos en otros órganos. Hay interés en evaluar su potencial terapéutico en múltiples enfermedades, entre las que destaca la sepsis, los tumores y el deterioro cognitivo.
Alimentos funcionales
Para el control de los niveles de colesterol también se puede recurrir a los alimentos funcionales que contengan 2 gramos de esteroles/estanoles en la comida principal. Se ha visto que disminuyen los niveles de colesterol LDL un 7-10%, aunque no poseen estudios que evalúen el beneficio cardiovascular.
Los nutracéticos que contienen levadura de arroz rojo purificada o monacolina, que es el ingrediente bioactivo, son útiles para disminuir los niveles de colesterol LDL, una disminución de hasta un 20%. No obstante, resulta difícil cuantificar su utilidad, ya que existen múltiples preparados con múltiples concentraciones y, al no estar reguladas por la normativa aplicable a fármacos, resulta difícil predecir su eficacia y seguridad, aunque existe un estudio que muestra beneficio cardiovascular.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores Ana Isabel Esteve Ardid, María Angustias Hernández Martínez, Ana Denia Tomás, Dulce Martínez Ques y Lidia Sales Juan, de Gandía; Gerardo Antón Martin, Margarita Ruiz Pacheco, María Ángeles Díaz Entresotos Cortes, María Paz Pérez Unanua, Manuel Roca Guardiola, Alejandra de Miguel Gordillo, Diego Jiménez Sánchez y José Antonio Rosado Sierra, y los especialistas en Medicina Interna Pedro Tomas Tobaruela, Belén Martínez las Heras y Esteban Martín Echevarría, el endocrinólogo Eduardo Platero Rodrigo, y el médico general Javier Rodeles del Pozo.