[Autor: ConSalud]
La obesidad es mucho más que tener unos kilos de más. El exceso de peso desgasta las articulaciones y el corazón. Está detrás del origen de muchas enfermedades, como la diabetes o diversos tipos de cáncer. E incluso representa el factor de riesgo más importante a la hora de desarrollar las formas más graves de la Covid-19, solo por detrás de la edad. Sin embargo, cuenta con muy pocas herramientas terapéuticas y requiere de un equipo multidisciplinar de especialistas para lograr resultados. Dado su difícil manejo, el Hospital Ruber Internacional ha reforzado su Unidad de Endocrinología y Nutrición mediante la incorporación de expertos, como la doctora Susana Monereo, quien acumula más de 40 años de experiencia en el tratamiento de esta patología. La endocrina ha puesto en marcha un área dentro de la Unidad centrada en su diagnóstico y tratamiento. Entre sus principales terapias destaca el medicamento Saxenda (liraglutida). Un fármaco inyectable por vía subcutánea que reduce el hambre y aumenta la saciedad de los pacientes.
La obesidad surge como una interacción entre la genética y el medioambiente
Esta patología reúne una serie de características únicas. Para empezar, puede originarse por múltiples causas. Según asevera la doctora Susana Monereo, actual secretaria general de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (Seedo), la obesidad surge como una interacción entre la genética y el medioambiente.
Así lo explica la especialista: “Aunque exista una base genética que favorezca engordar, la interacción con el medioambiente es lo que determinará su desarrollo”. El problema es que prácticamente todo lo que nos rodea favorece su aparición. Según indica, “nacer de padres obesos es genético, pero no que tengas acceso a comida a todas horas o que vivas en un sitio donde no puedas ir andando a ningún lado”. Por otro lado, es muy estigmatizante y difícil de tratar. “La simpleza de decir que basta con comer menos y hacer ejercicio conduce al fracaso. El paciente con obesidad tiene muchos fracasos a sus espaldas, lo ha intentado sin éxito muchas veces”, recalca la doctora.
Como si esto no fuese suficiente, esta experta destaca que se disponen de muy pocas opciones de tratamiento. Según señala la doctora Susana Monereo, “es la enfermedad que tiene menos fármacos autorizados (tiene tres en España). El medicamento Saxenda -muy efectivo- lleva en circulación apenas 3 o 4 años”. Por último, la obesidad es una enfermedad que causa otras enfermedades. De acuerdo con la endocrina, “hay descritas casi 200 patologías asociadas a la obesidad. La mayoría de los pacientes tienen complicaciones, como problemas de rodillas, de corazón, de tensión alta, etc.”. En relación con esto, la obesidad también daña la forma en la que el cuerpo regula el peso. “Tenemos una especie de regulador del peso que, una vez que se estropea, tiene tendencia a recuperar el peso que tenía”, indica. Debido a esto, la obesidad es una enfermedad recidivante. «Puedes perder peso, pero si no te sigues cuidando la obesidad vuelve. Por eso es tan importante que la obesidad se trate de forma crónica y para toda la vida”, asevera la doctora.
De acuerdo con Susana Monereo, en general, los pacientes acuden a consulta con la obesidad arrastrada desde la niñez y adolescencia. También se desencadena de forma distinta entre hombres y mujeres. Según informa la doctora, “en las mujeres se relaciona más con cambios hormonales y emocionales, como la ansiedad o la menopausia. En los hombres tiene que ver más con cambios en el estilo de vida”. Más allá de esto, los pacientes acuden a la consulta buscando ayuda médica y también personal. “El paciente se siente muy perdido. Les han hecho sentir que todos sus problemas tienen que ver con la obesidad, aunque no sea así”. Según explica, el primer paso para ayudar al paciente es escucharle. “Hay que intentar hablar con él para averiguar de dónde surge su problema de obesidad”. Así como conocer las motivaciones que están detrás de su deseo de adelgazar. “También convencerle de que tiene que hacer ese cambio, pero que le vamos a ayudar en ese proceso”, añade la doctora.
Para ayudar al paciente en este cambio de hábitos, el Hospital Ruber Internacional dispone de un equipo multidisciplinar de especialistas, como dietistas, psicólogos o endocrinos pediátricos. Ya que, en ocasiones, detrás de estos hábitos se esconden trastornos de ansiedad o depresión. Así, se busca que el paciente cambie su patrón alimentario a uno más saludable. Como apunta la doctora, es importante que este patrón alimentario sea personalizado. “Por ejemplo, hay personas que hace muy bien el ayuno intermitente. Lo importante es que tenga adherencia y sea una alimentación que se adapte a sus gustos y a su forma de vida”, explica.
Por otro lado, también tiene que aumentar su actividad física: “Tiene que reforzar sus músculos porque eso es lo que va a hacer que le duelan menos las rodillas. Los ejercicios de fuerza son importantes, suben el metabolismo”, indica. En relación con esto, el Ruber Internacional lleva a cabo un análisis de la composición corporal de cada paciente para adaptar este tipo de medidas a las necesidades de cada paciente. Y esto se consigue mediante una impedanciometría o un densitómetro, ambos disponibles en el hospital. “Nos permite saber que parte del peso es grasa y que parte es masa muscular y donde tiene situada esa grasa”, explica.
Existen diferentes tipos de tratamientos para ayudar al paciente a cambiar sus hábitos. Estos son, la terapia farmacológica, las técnicas endoscópicas y la cirugía bariátrica.
Los fármacos son de ayuda para este cambio de hábitos. Tal y como subraya la doctora Susana Monereo, estos fármacos no deberían aplicarse solo en pacientes con obesidad. “No hay que esperar a desarrollar mucho sobrepeso. Cuanto más se agrava, más difícil es perder peso y mantenerlo”, indica. La endocrina recuerda que los fármacos deben tener un nivel de seguridad y eficacia demostrada mediante ensayos clínicos. “En obesidad los milagros no existen, deben tener una base científica demostrada”, afirma. Así, el Saxenda es el fármaco que más se utiliza en la unidad por su gran efectividad.
Estos medicamentos no son siempre la primera opción
“Se inyecta de forma subcutánea y tiene un efecto saciante. Quita el hambre, aumenta la saciedad y enlentece el vaciado gástrico”. Según indica la especialista, se tolera muy bien y ofrece óptimos resultados. Concretamente, produce pérdidas de peso de entre 10 y 20 kilos. Aunque no basta con administrarlo de manera temporal. “Al ser una enfermedad crónica recidivante habrá que utilizar a largo plazo este u otro fármaco que ayude a controlar el hambre”, explica. Aunque actualmente solo hay disponibles pocos, en los próximos años surgirán otros fármacos nuevos, como la semaglutida. “Un fármaco mucho más potente que van a ayudar mucho al tratamiento de la obesidad”, afirma la doctora.
Pese a sus virtudes, estos medicamentos no son siempre la primera opción. Si el paciente necesita perder mucho peso, se pueden llevar a cabo técnicas endoscópicas, como la implantación de un balón gástrico. Aparte, en caso de pacientes con obesidad de alto riesgo o grado 3, se puede plantear de inicio la cirugía bariátrica. Según señala Monereo, “esto consiste en modificar el estómago y el intestino para que coman menos, se les quite el hambre y absorban menos nutrientes. De forma que les ayude a perder un exceso de peso importante”.