DIABETES
[Autor: Diariofarma]
[Fuente: Diariofarma]
La telemedicina y telemonitorización se han convertido con la pandemia en elementos esenciales para conseguir mantener la asistencia sanitaria una mayor seguridad, tanto para profesionales como para pacientes. Para asegurar que estas herramientas se implanten en el sistema sanitario y su uso vaya más allá de una medida temporal, como respuesta a la pandemia de la covid-19, es necesario dotar tanto a profesionales como a pacientes de los soportes tecnológicos adecuados, formación en las nuevas tecnologías, así como un marco legal. Además, la utilización de estas herramientas y su implantación deben adaptarse a las necesidades de los pacientes y, a este respecto, es necesario unificar criterios respecto a la posibilidad de acceso a los dispositivos y su información. A este respecto, no cabe duda de que se trata de una inversión en salud y por tanto rentable para el sistema sanitario.
Estas han sido algunas de las principales conclusiones que se han puesto sobre la mesa en el coloquio organizado por Diariofarma con el título ‘Redefinición de procesos asistenciales en la era covid: el caso de la diabetes‘ y que ha contado con la participación de un nutrido grupo multidisciplinar de expertos, los cuales han abordado las cuestiones esenciales y más estratégicas que se han puesto en marcha durante la pandemia y han analizado las implicaciones sobre la asistencia sanitaria y, en concreto, en los pacientes diabéticos.
El coloquio, que ha contado con la colaboración de Abbott, comenzó abordando las implicaciones que la covid-19 tiene para los pacientes diabéticos, así como las implicaciones clínicas que la hiperglucemia tiene con la covid-19. En esta cuestión, Javier Carrasco, coordinador del grupo de trabajo de Diabetes, Obesidad y Nutrición de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), señaló que en muchos casos la covid-19, desencadena “una descompensación aguda y severa de los pacientes diabéticos, afectando incluso a pacientes prediabéticos”. Debido a ello durante la pandemia un gran porcentaje de estos pacientes han necesitado cuidados intensivos en las UCIs. Además, este experto expuso que, según estudios observacionales nacionales e internacionales, la covid influye negativamente en estos pacientes y en la evolución y pronóstico de su enfermedad.
En este contexto, los ponentes abordaron la situación vivida durante la pandemia. A este respecto, Dolores López, adjunta del Servicio de Medicina Interna del Hospital Carlos Haya de Málaga, indicó que al principio los profesionales estaban “obsesionados con el proceso respiratorio”, y los demás componentes que se asociaban a la infección por la covid-19, entre ellos el control de la glucemia, “estaban en un segundo plano”. Debido a la pandemia se modificaron las pautas y controles habituales en los pacientes diabéticos y unido a la descompensación que el virus provocaba, se tuvieron que establecer procedimientos que permitieran contar con la máxima información sobre la evolución de la glucemia procurando preservar la seguridad de los profesionales para evitar que en un contexto covid se pudieran presentar hiperglucemias severas.
Por su parte, Santiago García Blanco, director general de Transformación Digital y Relaciones con los Usuarios de Cantabria, resaltó que la covid-19 ha sido una especie de “ventanita al futuro” que ha permitido poner en marcha iniciativas programadas para más adelante. Según él, se ha puesto en evidencia lo “que son capaces de hacer los profesionales y el sistema sanitario en esta situación con los incentivos adecuados, como ha sido la seguridad”. Además, se ha visto cómo se derribaban silos de información seculares entre áreas asistenciales, salud pública, entre hospitalaria y primaria, etc., y en concreto en el ámbito de las consultas a distancia. En cuanto a la telemedicina, este experto explicó que en Cantabria tuvieron “la suerte de contar con un piloto operativo de teleconsulta en funcionamiento y fueron capaces de desplegarlo en todo el sistema sanitario”. El objetivo, según dijo “no se trata de no querer ver a los pacientes, sino de ahorrarles visitas innecesarias”. En cuanto a los déficits identificados hasta ahora, según García Blanco, hay que contar tanto la necesidad de equipos adecuados, como la formación.