Es difícil diagnosticar la Hipertensión Pulmonar de manera precoz debido a que a menudo no se detecta en una exploración física de rutina.
En la detección de la Hipertensión Pulmonar empleamos el electrocardiograma, la radiografía de tórax y el ecocardiograma transtorácico.
La prueba que confirma de forma definitiva la Hipertensión Pulmonar es el cateterismo cardiaco derecho, ya que con ella podemos medir la presión de la arteria pulmonar además de otros parámetros hemodinámicos.