[Autor: Ángeles Gómez]
[Fuente: alimente.elconfidencial]

Para mantener unos niveles adecuados de grasas en la sangre no hay que focalizar el esfuerzo en unos alimentos concretos. Los resultados son mejores cuidando el conjunto de la alimentación. Te lo contamos

 

Los ataques cardiacos y cerebrales son la primera causa de muerte en los países desarrollados, y la cifra de víctimas crece de año en año. Entre los principales responsables de la epidemia de enfermedad cardiovascular, destacan los niveles altos de grasa en la sangre (triglicéridos y colesterol), especialmente de colesterol. Solo en España, entre el 30 y el 50% de la población tiene hipercolesterolemia, según un estudio publicado en la ‘Revista Española de Cardiología‘, y no es de los países más afectados.

 

Las sociedades científicas se emplean a fondo por determinar con precisión qué cifras de colesterol, y especialmente de colesterol LDL (el malo), son las mejores para nuestro corazón. Para alcanzar el objetivo, la primera recomendación es limitar (cuando no evitar) el consumo de alimentos ricos en grasas saturadas y después quizá sea necesario complementar con tratamiento farmacológico (estatinas).

 

Este es el procedimiento habitual, hasta que la Asociación Americana de Cardiología (referente mundial en salud cardiovascular) ha publicado en la revista ‘Circulation‘ los resultados de un metaanálisis en el que no se ha encontrado -de manera concluyente- un vínculo entre niveles elevados de colesterol LDL en la sangre con ingesta alta de LDL en la dieta.

 

«Los patrones dietéticos saludables para el corazón son inherentemente bajos en colesterol»

 

¿Eso significa que hay que ignorar lo mantenido hasta ahora sobre limitar las grasas saturadas en la dieta? En absoluto. Al contrario, el comité de expertos que ha elaborado el informe mantiene las recomendaciones sobre limitar el consumo de colesterol dietético para prevenir enfermedades cardiovasculares.

 

“La consideración de la relación entre el colesterol dietético y el riesgo de enfermedad cardiovascular no puede ignorar dos aspectos de la dieta«, destaca Jo Ann S. Carson, autora principal del estudio y miembro del comité de nutrición de la Asociación Americana del Corazón (AHA). «Primero, la mayoría de los alimentos que contribuyen al colesterol dietético tiene un alto contenido de grasas saturadas, lo que está fuertemente relacionado con un mayor riesgo de exceso de colesterol LDL. En segundo lugar, sabemos por un enorme cuerpo de estudios científicos que los patrones dietéticos saludables para el corazón, como la dieta mediterránea y la DASH, son inherentemente bajos en colesterol”.

Relación causa-efecto

Gran parte del colesterol que hay en la sangre se fabrica en el hígado y es necesario para la formación de las células. Sin embargo, algunos alimentos -productos lácteos enteros o cortes grasos de carnes rojas y procesadas– contienen cantidades relativamente altas de colesterol y grasas saturadas que pueden favorecer la formación de depósitos grasos en el interior de las arterias (aterosclerosis), un proceso que subyace a la mayoría de las enfermedades cardiacas y accidentes cerebrovasculares.

 

Sin embargo, los autores señalan que la investigación científica sobre el papel del colesterol en la dieta no ha encontrado de manera concluyente un vínculo entre este y el colesterol LDL en sangre, un hecho que puede responder a cómo se diseñan los estudios ya que los estudios de observación no están planteados para probar causa y efecto: identifican tendencias, a menudo basadas en participantes del estudio que completan cuestionarios sobre lo que comen.

 

El metaanálisis incluido en el documento difundido en ‘Circulation‘ incluyó ensayos aleatorios, controlados, de intervención dietética, que están diseñados para probar causa y efecto y encontró que existe una relación dependiente de la dosis entre el colesterol dietético y los niveles más altos de colesterol LDL cuando el LDL dietético excede los límites normales de la dieta.

 

Los estudios de alimentación incluidos en el metaanálisis proporcionaron alimentos a los participantes, por lo que los investigadores pudieron comprender con precisión lo que comen las personas. Sin embargo, este tipo de estudios son caros de realizar y eso condujo a que el número de participantes fuera pequeño.

 

Aun así, el estudio señala que existe un vínculo entre el LDL en sangre y la cantidad de LDL ingerido, y por ello en lugar de hablar de alimentos hablan de dietas concretas que son, per se, bajas en colesterol (concretamente, la mediterránea y la DASH).

Buenos alimentos

Carson destacada la importancia de «comer una dieta rica en nutrientes procedentes de frutas, verduras, granos integrales, productos lácteos bajos en grasa o sin grasa, cortes magros de carne, pollo, pescado o proteínas de origen vegetal, nueces y semillas», y desaconseja las dietas abundantes en grasas saturadas, que se encuentran principalmente en los productos de origen animal y en aceites tropicales (palma o coco), que «deben reemplazarse con grasas poliinsaturadas, como los aceites de maíz, canola o soja, y limitar el consumo de alimentos ricos en azúcares añadidos y sodio (sal)».

 

¿Qué hay del consumo de huevos? El informe recoge que, a partir de los estudios examinados y en líneas generales, la ingesta de huevos no se asocia significativamente con el riesgo de enfermedad cardiovascular, por lo que las personas sanas pueden comer un huevo al día en el contexto de una dieta cardiosaludable.

 

Source:https://www.alimente.elconfidencial.com/bienestar/2021-07-23/dietas-controlar-colesterol-asociacion-americana-corazon_2378952/

Dejar un comentario