[Autor: Tamar Longás]
[Fuente: alimente.elconfidencial]
Fumar afecta a la salud de todo el organismo. En la cavidad oral, el tabaquismo acarrea gingivitis, pérdida de dientes, problemas de cicatrización, etc. Una higiene perfecta es crucial y lo más importante: olvidarse del cigarrillo
Se estima que más de 55.000 españoles fallecen al año a causa del tabaco y la edad de inicio en el hábito de fumar en nuestro país es de 13 años, la edad más baja de toda Europa.
Los efectos del tabaco a nivel sistémico son muy conocidos por todos, pero los efectos directos que tiene el tabaco sobre la salud oral y dental no son tan conocidos por el público general. Es común pensar que las consecuencias en la boca de fumar son tan solo manchas y oscurecimiento de los dientes y mal aliento, pero estos son tan solo los efectos más leves.
El riesgo de cáncer oral aumenta entre 5 y 20 veces al fumar en comparación con la población no fumadora
La boca es la cavidad por la que penetra directamente el humo del tabaco, lo que produce graves efectos locales irritando las mucosas y perjudicando dientes y encías.
El mal aliento no es lo peor
El rastro que deja el tabaquismo en la cavidad oral es visible, y para los odontólogos, además, muy preocupante porque reconocemos su verdadera dimensión.
Los principales efectos del tabaco en la boca son:
- Enfermedad periodontal, comúnmente conocida como piorrea. Los principales factores de riesgo para padecer periodontitis son una mala higiene dental, cambios hormonales como el embarazo y el consumo de tabaco.
- El riesgo de padecer cáncer oral aumenta de 5 a 20 veces al fumar en comparación con la población no fumadora. Si al tabaquismo se asocia el consumo de alcohol, las posibilidades de padecer cáncer oral aumentan exponencialmente por la suma de los efectos de ambas sustancias sobre los tejidos de la cavidad oral.
- Peor respuesta a tratamientos. Los pacientes fumadores responden peor a los tratamientos periodontales y demás terapias quirúrgicas en la boca que pueden ser necesarios en muchos casos para garantizar la supervivencia de algunos dientes.
- La pérdida de dientes en pacientes fumadores es mayor que en no fumadores por no poder poner en práctica con éxito los procedimientos que necesita su boca como consecuencia del tabaco.
- Peor cicatrización de heridas en la boca, ya por traumatismos como heridas derivadas de una extracción o cirugía oral.
- Los implantes dentales tienen peor pronóstico en un paciente fumador que en otro que no lo sea
- Tinciones, manchas y coloración amarillenta de los dientes por el acúmulo de nicotina y alquitrán. Sin duda, es el menos importante de los efectos del tabaco en la cavidad oral, ya que las manchas se pueden eliminar con una limpieza bucal y se puede recuperar el blanco original de los dientes con un blanqueamiento dental.
- Mal aliento. El tabaco deja su propio olor en la boca, pero además, al favorecer la enfermedad periodontal, esta se suma a la halitosis del tabaco en sí.
- Sequedad bucal o xerostomía. El tabaco produce una disminución del flujo salival. La saliva ayuda a mantener el equilibrio de las bacterias de la boca, y su disminución deja la boca y dientes más desprotegidos.
- Mayor riesgo de padecer caries. El tabaco aumenta el riesgo de sufrir enfermedad periodontal, lo que provoca pérdida de hueso y encías en torno a los dientes, dejando al descubierto las raíces, que son mucho más susceptibles de sufrir caries. Esto, unido a la disminución del flujo salival, que por sí misma protege, hace que la incidencia de caries en pacientes fumadores se dispare.
- Alteración en los sabores. El humo del cigarro disminuye la capacidad de distinguir sabores porque impide la regeneración de las papilas gustativas. Esta capacidad se recupera poco a poco al dejar de fumar.
Si fumas, haz esto
Los consejos que, como odontóloga, puedo dar a una persona fumadora para que pueda tener una mejor salud bucodental son los siguientes:
- Cepillarse los dientes 3 veces al día y siempre después de haber fumado.
- Cepillarse la lengua también.
- Limpiar entre los dientes usando seda dental o cepillos interdentales.
- Acudir al dentista con más regularidad, al menos cada 6 meses, para realizar una revisión completa de dientes, encías y del resto de tejidos de la boca.
- Pero sin duda el principal consejo es dejar de fumar para evitar el daño acumulativo que produce el tabaco tanto en la cavidad oral como en el resto del organismo.