Hemorragias de tejidos blandos

 

Se pueden producir sangrados en músculos, ligamentos, tendones y espacios subcutáneos.

 

Suelen ser causadas por un esguince o torcedura, un golpe que provoca una contusión o el uso excesivo de una parte del cuerpo. Los síntomas dependen del sitio de la hemorragia.

 

Si son superficiales pueden solucionarse con frío y presión.

 

En algunos músculos profundos, la inflamación podría ejercer presión en nervios arterias, causando hormigueo y adormecimiento. Además, se puede ver limitado el movimiento de las articulaciones que dependan de dicho músculo, en este caso habrá que consultar con el especialista en Hemofilia para evitar complicaciones. Hay que prestar también especial atención a los sangrados en escroto, nalgas o muslos donde se puede perder gran cantidad de sangre. Si se produce daño en una zona donde se encuentre algún órgano vital como el abdomen o la cabeza hay que acudir al centro médico para evaluar la gravedad.

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