La sexualidad constituye un aspecto más de la salud e implica la interacción de emociones, experiencias personales, creencias y costumbres, estilo de vida y, además, del funcionamiento adecuado de nuestro cuerpo. La alteración de cualquiera de esos componentes puede afectar el deseo, la excitación o la satisfacción sexual. Este tipo de disfunciones afectan tanto a hombres como a mujeres.
Es importante destacar que una vida sexual sana forma parte de una vida saludable en general.