Tener una enfermedad crónica produce un impacto emocional negativo en los pacientes porque se asocia a un deterioro de la calidad de vida. Algunas consecuencias para el paciente son:
- Problemas derivados de sus enfermedades
- Problemas laborales como ausentismo y pérdida del empleo
- Pérdida de la energía emocional por falta de progreso en su recuperación o empeoramiento de los síntomas