Hay dos tipos de ejercicios principales:

 

  • Ejercicio aeróbico: es el que más beneficio presenta a nivel cardiovascular. Algunos ejemplos son caminar, correr, bailar, nadar, montar en bicicleta o tareas domésticas como la jardinería.

Para el control del colesterol y la glucemia se recomiendan sesiones largas de más de 40 minutos, pero, para ello, si tienes factores de riesgo o no has hecho ejercicio nunca, lo mejor es que sigas las recomendaciones de un profesional sanitario.

 

  • Ejercicio de resistencia o fuerza muscular: este tipo de ejercicio reduce la pérdida ósea y mejora la fuerza y la potencia, también ayuda al control de la glucemia y del colesterol cuando se combina con ejercicio aeróbico. En estos ejercicios se suelen utilizar bandas elásticas, pesas o el propio peso corporal.

Siempre es bueno que el ejercicio no te sofoque, que lo puedas realizar sin mucho esfuerzo y que te permita respirar profundamente.

 

Si tienes alguna enfermedad crónica, factores de riesgo, no has hecho ejercicio nunca o tienes alguna duda sobre qué ejercicio debes hacer, lo mejor es que lo consultes con tu médico.

 

 

 

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